“Porque no hará Jehová el Señor, sin que revele su secreto a sus siervos, los profetas” Amós 3:7. “La oración eficaz del justo puede mucho” Sant. 5:16 b.
Una Indicación divina.
El crecimiento de la delincuencia y la violencia procuraba establecer una forma de vida con códigos criminales de extorsión y sistematizar una red mafiosa en la sociedad Trujillana y liberteña usando como arma, la extorsión por el miedo. Miles de empresarios de todo tipo, comerciantes, pequeñas tiendas, profesionales independientes y hasta Autoridades habían sucumbido a la intimidación, convirtiéndose en “esclavos de su temor”.
Ante esta situación, Dios, inspiró al cuerpo pastoral, efectuar una Convocatoria para una Jornada de Oración y clamor. El miércoles 30 de setiembre 2009, en el lugar simbólico de la Plaza de Armas los pastores presentes, líderes y hermanos, en representación de la iglesia, levantaron su voz al cielo denunciando esta peligrosa situación, pidiendo perdón por los pecados personales, sociales y de las autoridades en especial, pecados que abren las puertas de ingreso a todo tipo de mal.
Señalaron a los espíritus malignos como los originarios autores espirituales de esta situación y levantaron un clamor para engendrar un espíritu de valor en la gente para libertarse de esa esclavitud moral y declararon el apoyo moral a la labor de las Autoridades establecidas.
Este clamor, fue seguido de la proclamación profética de la Palabra de Dios a los aires espirituales “Para que la multiforme sabiduría de Dios sea ahora dada a conocer por medio de la iglesia a los principados y potestades en los lugares celestiales, conforme al propósito eterno que hizo en Cristo Jesús, nuestro Señor” Efesios 3:11.
Estas Jornadas se replicaron seguidamente en la Plaza de Armas de La Esperanza, en la Plaza de Armas de Florencia de Mora y en la Plaza de Armas de El Milagro y fueron gestando ese valor moral, esa fuerza interior, que en lo profundo del ser humano se había acurrucado, se había devaluado, se había achicado, se había deprimido.
Siguieron las 72 horas de clamor en la Maratón de Oración y lectura de la Biblia que consolidó el sentir divino de clamar, declarar y decretar la voluntad de Dios en el ámbito de la Ciudad, Región y Nación.
Y la respuesta de Dios vino
La prensa había estado dando a conocer tímidamente primero y luego de la oración, se hizo eco más y más, hasta darle cobertura por dos semanas consecutivas a nivel nacional é internacional. Entretanto, varios delincuentes murieron en enfrentamientos entre ellos mismos, se habló de un inexistente “Escuadrón de la muerte” en la Policía que había estado operando entre bambalinas y esa intranquilidad inicial, se fue convirtiendo en un rumor, en un sentimiento y en una firme decisión de sacudirse de esa opresión de miedo e intimidación.
En el siguiente paso de esta secuencia, las Autoridades principales de la Ciudad, se reunieran el 8 de Diciembre para tomar Acuerdos sobre qué hacer para devolver la tranquilidad a la otrora “Capital Internacional de la Primavera”, la pacífica ciudad anhelada para vivir por muchas personas de todo el país y publicaron el “Pronunciamiento de Trujillo” en el cuál hacían precisiones y formulaban varios pedidos para enfrentar la delincuencia.
El viernes 11, el gremio de transportistas efectuó una Marcha declarando que “era hora que la población se sacudiera del miedo y enfrentara a los delincuentes” y hacía público su apoyo a la labor de la policía.
Se volvieron a reunir más Autoridades y decidieron hacer un llamado a la población a tener valor para enfrentar las acciones delictivas, a denunciar a los extorsionadores y no permitir que la tranquilidad de nuestra ciudad se alterara por las acciones del mal. Hoy, la gente se ha levantado, se ha sacudido del miedo y la sensación de valor sigue cundiendo en la población.
Las autoridades unidas, acordaron efectuar una Convocatoria masiva a una “Marcha por la Paz” fijando el viernes 18 de Diciembre para esa gigantesca manifestación de unidad contra la delincuencia. ¡Oración respondida, Gloria a Dios!
El viernes 18 de Diciembre, temprano los diarios resaltaron la convocatoria, animaron a la gente a participar y el Decano del Norte, sacó un titular diciendo “Y Trujillo, se echó a andar” como reconociendo que hasta ese momento había estado paralizado por el miedo. Miles de personas, ancianos y niños, jóvenes y mujeres, estudiantes y trabajadores, obreros y funcionarios públicos, todos con polos blancos y llevando mensajes alusivos, banderolas, pancartas le dijeron ¡NO A LA DELINCUENCIA! ¡NO A LA EXTORSION! ¡NO AL MIEDO! La gente de Trujillo se puso de pie para sacudirse del temor, del miedo, de la depresión y daba la cara para enfrentar al mal en la “La Marcha por la paz”en la Plaza de armas que a ritmo de música, canciones alusivas, himnos y mensajes declararon que en nuestra ciudad estaba “Trujillo, unido por la paz.”
Seguimos orando y batallando
Estos hechos, nos muestran una vez más que “La oración eficaz del justo puede mucho” Sant. 5:16 b. y que “…todo aquél que pide recibe, y el que busca, halla y al que llama, se le abrirá” Mt. 7:8 y nos animan a seguir orando y librando la buena batalla de la fé para procurar un tiempo mejor, para la gente de nuestra Ciudad, Región y Nación.
La oración sin cesar por esta situación, la fé firmemente fijada en el Señor y el ejercicio de la autoridad que Cristo nos dejó, son la forma de vida de una Iglesia que está llamada en este tiempo y en este lugar a mostrar que “…el reino de Dios se ha acercado” a la población de esta querida ciudad de Trujillo.
¡Bienaventurados los que sois parte de este desafío!
Ps. Jorge Pérez 17.12.09